Con una longitud de 40 metros y una superficie de 480 m² de guijarros, esta cala de Peñíscola es ideal para quienes buscan un rincón tranquilo y apartado para relajarse junto al mar. Aunque su tamaño es pequeño, cuenta con los servicios esenciales que garantizan una visita cómoda y segura, como la señalización, el servicio de policía y un eficiente servicio de limpieza, que mantienen la playa en perfectas condiciones.
Esta cala es una excelente opción para los que prefieren espacios menos concurridos, donde pueden disfrutar del sonido del mar y la belleza natural de Peñíscola sin las grandes aglomeraciones de otras playas.
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